Un pequeño texto sobre la relación entre: 1- mi último viaje en 2024 y 2- el artículo "The massed-spaced learning effect in non-neural human cells". Rodrigo Tinoco - enero de 2025
En el extremo norte de Brasil, en una tribu indígena alejada de las ciudades, vive un anciano sabio que no solo lleva consigo las historias de su pueblo, sino también una profunda conexión con el pasado. Un día, llevó a su nieto a una gran cueva donde, en las paredes, estaba grabada la marca de su mano, hecha cuando él tenía solo cinco años, la misma edad de su nieto. Al colocar su mano envejecida sobre esa marca, el viejo indígena revivió recuerdos de décadas atrás, como si el tiempo se hubiera doblado para permitir que el pasado y el presente se encontraran. Esta experiencia no fue solo un momento de recuerdo, sino una poderosa demostración de cómo el cuerpo y el entorno pueden ser repositorios de memorias y conocimientos.
una poderosa demostración de cómo el cuerpo y el entorno pueden ser repositorios de memorias y conocimientos
La historia del viejo indígena ilustra una verdad profunda: las memorias no están confinadas únicamente al cerebro. Pueden ser despertadas a través de conexiones físicas, como el toque de una mano sobre la marca en la cueva, o mediante símbolos y rituales que trascienden generaciones. Esta idea resuena con descubrimientos científicos recientes que sugieren que la memoria puede almacenarse y activarse en diferentes partes del cuerpo e incluso en el mundo que nos rodea. Así como el viejo indígena usa la marca de su mano para revivir y compartir historias, el cuerpo y el entorno pueden funcionar como archivos vivientes de experiencias y sabiduría.
La transmisión del conocimiento tribal, como la que ocurre entre el viejo indígena y su nieto, es esencial para preservar la cultura y la identidad de un pueblo. En un mundo cada vez más globalizado, donde las tradiciones ancestrales corren el riesgo de perderse, la capacidad de revivir y compartir memorias se convierte en un acto de resistencia. El conocimiento tribal no es solo un conjunto de información, sino un legado vivo, transmitido de generación en generación a través de historias, rituales y símbolos que conectan el pasado con el presente.
La historia del viejo indígena y su marca en la cueva nos recuerda la importancia de preservar y transmitir el conocimiento ancestral. En una época en la que la memoria a menudo se asocia solo con la tecnología o el cerebro, esta narrativa nos invita a reconocer que la memoria también es física, ambiental y colectiva. La transmisión del conocimiento tribal no es solo una forma de honrar el pasado, sino un medio para asegurar que las generaciones futuras puedan aprender de él y continuar construyendo un futuro arraigado en sus tradiciones y sabiduría.
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Artigo base:
The massed-spaced learning effect in non-neural human cells
Kukushkin, N.V., Carney, R.E., Tabassum, T. et al. The massed-spaced learning effect in non-neural human cells. Nat Commun 15, 9635 (2024). https://doi.org/10.1038/s41467-024-53922-x
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